Cuenta la historia de Gumercinda. De que se cansara de llevar todo el peso por las dos y que me lo devolviera. No se lo reprocharía si llegara a suceder, pero no lo quería de vuelta. Con el tío Bernardo estaba aprendiendo muchísimo, me encantaba lo que estaba haciendo y lo que me estaba enseñando. No sé si sería capaz de dejarlo todo. Me sentí muy egoísta tras ese pensamiento, pero era la verdad.